No darle a Dios el lugar que le corresponde en nuestros pensamientos y rechazar deliberadamente su existencia y su verdad siempre nos hará estar fuera de equilibrio en nuestro pensamiento y cómo evaluamos todas las cosas. Dios ha provisto las respuestas para todo lo que está mal en el mundo. A nosotros nos corresponde el trabajo de hacer la debida diligencia para buscar, preguntar y encontrar. No necesitamos andar a tientas en la oscuridad.