Los líderes falsos envidian el éxito de otros y son propensos a hablar de odio, acusaciones malvadas y "sospechas malvadas", lo que significa que siempre están buscando una falta y destrozan la integridad de los demás. Una mente corrupta carece de la verdad de Dios; no se trata de pelear para ganar, se trata de dar sentido a todos los problemas que traen inestabilidad a las personas, las familias y la sociedad en general.