No hay vacíos en el universo. No hay vacíos en las ideas, el gobierno, la cultura, la literatura, las artes, el mundo del entretenimiento o cualquier tipo de liderazgo, incluida la unidad familiar. Nada puede suplantar adecuadamente lo que Dios ha establecido en todos los ámbitos de la vida. Ningún valor terrenal humano puede ser tan bueno como el orden establecido por Dios. Siempre nos quedaremos cortos.