Conocer a Dios y experimentarlo en nuestras vidas es la mejor manera de enseñar a los niños sobre él. Hay un gran placer y una profunda emoción en conocer a Dios aquí en la tierra. Cuando a los niños se les enseña correctamente acerca de Dios, lo amoroso que es, pero también, porque nos ama, no quiere que nos lastimen, por lo que ha establecido límites para mantenernos a salvo. Al igual que las vallas y las barandillas, estos límites deben cumplirse siempre y serán nuestras pautas para toda la vida.