En el pasaje que sigue a las bienaventuranzas, Jesús desafió a sus discípulos a mirar a su alrededor y aplicar las bienaventuranzas en sus relaciones más importantes, incluyendo las relaciones con sus enemigos. En el capítulo 6 les dice que miren hacia arriba y piensen en las disciplinas espirituales y los valores de un auténtico discípulo. Jesús los desafió a vivir para la aprobación de Dios mientras le permiten que Él los convierta en parte de Su solución para las necesidades del mundo.