El diablo, sigue inventando religiones. Pero el Espíritu Santo, nos invita a seguir viviendo en la senda antigua, que es el buen camino; porque la fe no se moderniza. Dios estableció su Palabra, que no cambiará; como Él, no cambia: son inmutables y valen para todos los tiempos. El Apóstol Pablo con Silvano y Timoteo, sus colaboradores; envían una Carta a la Iglesia de Tesalónica.