Rosaria creía que su experiencia personal definía la verdad sobre su vida. Pero al estudiar la Biblia, comenzó a ver que la verdad de Dios es más grande que la suya. Rosaria Butterfield recuerda la primera vez que se sentó a escuchar las enseñanzas de su amigo, el pastor Ken Smith, en la iglesia presbiteriana, cuando se dio cuenta a través de Juan 7:17 que podía orar para que ella tuviera el deseo de hacer la voluntad de Dios. Con el tiempo, empezó a preguntarle a Dios si podía convertir a una mujer como ella en una mujer piadosa. Rosaria cuenta del día en que se entregó a Cristo, lo que ganó y a lo que renunció, como resultado de este suceso. Después de reunirse varias veces con el pastor de una iglesia presbiteriana local, Rosaria Butterfield, profesora universitaria, feminista comprometida y lesbiana, recuerda la mañana que todo cambió para ella.