Hannah Anderson y Bárbara Rainey hablan sobre la necesidad de humildad, mientras buscan vivir dentro de los límites que Dios les ha puesto. Anderson comparte que, cuando abrazamos la historia que Dios está escribiendo en nosotros, somos libres para florecer. No obtenemos la humildad por medio de una introspección, sino al encontrarnos cara a cara con Dios, buscando vivir en obediencia a Su voluntad.