Dios lo sabe todo sobre ti, incluidos tus pensamientos, miedos, ambiciones, preocupaciones, esperanzas, incluso tus pecados "ocultos". Y aún así, ¡Él te ama!. Aprende cómo puedes encontrar consuelo, confianza y convicción para vivir para Él sabiendo que te conoce por tu nombre y te llama suyo.