Cuando Jesús estuvo en esta tierra, no hubo nada que hiciera, dijera o pensara que no estuviera en sintonía con su Padre Celestial. Como resultado, su misión se cumplió y su ministerio impactó al mundo entero. De la misma manera, cuando buscamos vivir la vida cristiana, debemos hacerlo con total dependencia del Señor. ¡Vamos con Dios!