Lamentaciones 3 nos recuerda de la bondad incesante del Padre, de la compasión que no falla y de Su gran fidelidad. Estos recordatorios son un tanto oscuros, rodeados de dolorosas dificultades, devastación personal, pérdida de la felicidad y una aflicción tormentosa. Ninguno de nosotros tendrá dificultad alguna para identificarse con las palabras de Jeremías en este pasaje.