En todo largo viaje siempre encontramos una sección en el camino que es tranquila y aparentemente sin incidentes. Lo mismo sucede en nuestro recorrido por la Historia de Dios. Una vez que pasamos los profetas y nos dirigimos hacia los evangelios, el camino se vuelve más estrecho y vemos cómo se ciernen nubes oscuras sobre nuestras cabezas. En realidad, parece que nada está sucediendo. Y sin darnos cuenta, han pasado cuatrocientos años antes de que las Escrituras retomen la historia de nuevo. Precisamente durante estos cuatro siglos de silencio cuando parecía que nada estaba pasando, cuando parecía que Dios se había ausentado. En nuestro estudio de hoy, tendremos una visión panorámica de lo que ocurrió entre Malaquías y Mateo. Usted encontrará que esta sección de nuestro viaje puede parecer tranquila y sin incidentes, pero no fue así. Adentrémonos en estos cuatro siglos de aparente silencio a través de los lentes del profeta Daniel.