Una iglesia que no se examina a sí misma puede comenzar a distanciarse sin saberlo. Sin embargo, no podemos detenernos después de analizarnos a nosotros mismos. También debemos tomar tiempo para echar un vistazo alrededor para comprender los tiempos en los que vivimos y la cultura en la que ministramos. Para llevar esto acabo, debemos buscar el consejo del apóstol Pablo en sus escritos al joven pastor Timoteo. De la pluma de Pablo encontraremos la respuesta sincera a esta pregunta importante: «¿De qué debe darse cuenta la iglesia?».