¡Reconózcalo! Las familias de hoy están en graves problemas. Nuestra sociedad solía honrar las tradiciones, los valores como la fidelidad, honestidad, integridad, la pureza moral y la bondad. Pero ahora la sociedad parece tan indiferente, y a veces hostil, hacia los pilares principales que una vez le dieron estabilidad. Como barcos sin timón, las familias andan a la deriva. Algo nos falta. O mejor dicho «alguien nos falta», y ese alguien es Dios. ¿Necesita poner al Señor al mando de su familia? Usted encontrará el aliento que necesita para hacer justamente eso en los Salmos 127 y 128; dos salmos que muestran la bendición que viene al poner al Señor en el centro de su vida. Y recuerde, nunca es demasiado tarde para comenzar a hacer lo que es correcto; con Dios, todas las cosas son posibles (Mateo 19:26; Lucas 1:37).