Manejar el dinero con prudencia es una tarea básica del líder cristiano. Son muy pocos los proyectos que se realizan sin hacer uso del dinero. Y cuando el dinero en efectivo comienza a fluir, tienen que prevalecer la sabiduría, la honestidad, el dominio propio y la planificación inteligente y realista. Cada tarea digna conlleva sus propios desafíos. Y la obra de Dios encomendada a Nehemías no fue la excepción. A pesar de que nuestras tareas de hoy son diferentes, seguramente encontraremos problemas y dificultades muy similares.