El «otro lado» del liderazgo es que el liderazgo exitoso depende de seguidores dispuestos y sumisos. No existen dudas de lo grandiosas que eran las cualidades de liderazgo de Pablo. Él evadía el engaño, evitaba dedicarse a complacer a la gente, rechazaba la codicia, y practicaba una actitud autoritaria. Por otro lado, Pablo en su liderazgo cultivaba la sensibilidad, el cariño, la autenticidad y la afirmación. Sin embargo, todo eso habría sido nada más que movimientos en el aire si los tesalonicenses no hubieran seguido su dirección.