El apóstol Pablo emplea el concepto de la adopción espiritual en su carta a los Gálatas, para explicar la encarnación de Cristo en aquella primera Navidad, misma que formó parte esencial del plan de Dios para hacernos Sus hijos. Pero más sorprendente aún, es el hecho de que ese plan se llevó a cabo en el tiempo previamente señalado por Dios.