La mayoría de los creyentes no tienen problema para creer que la muerte de Cristo les ha librado del castigo y la culpa del pecado, pero cuando se trata de la autoridad que ejerce el pecado sobre nosotros, bueno, las cosas se tornan un poco borrosas. Trágicamente, muchos cristianos que ya han sido liberados, viven sus vidas como si todavía estuviesen esclavizados a su viejo amo. Por eso, es necesario responder a estas dos preguntas: ¿Podemos realmente vivir por encima de dominio del pecado? ¿Verdaderamente el pecado ha perdido su autoridad sobre nosotros? La gracia responde a estas dos preguntas con un rotundo: «¡SÍ!».