Todo el tiempo se hacen chistes y comentarios ridículos acerca del diablo. ¿Ha notado eso? Y por lo general, vienen de personas que realmente no han hecho un estudio serio de este enemigo atroz. Francamente, yo he aprendido a tomarlo a él muy en serio. No es que yo esté intimidado por él. Simplemente no quiero jugar con él. Hoy vamos a hablar de nuestra lucha cara a cara con el adversario. Y tomo este nombre precisamente de este pasaje de Primera de Pedro. En este mismo pasaje se le presenta al diablo como un “león rugiente”. A decir verdad todos enfrentamos ese tipo de adversario de manera regular, y por cierto, cuando nos enfrentamos a él, no es nada gracioso.