Saulo de Tarso se convirtió en un ejército de un solo hombre contra lo que él consideraba la herejía más peligrosa de su época: el cristianismo. En el libro de los Hechos, capítulo 9, veremos su dramática conversión y veremos cómo el Cristo resucitado conquistó la voluntad rebelde de Saulo y lo transformó en un instrumento de gracia.