La iglesia de Tiatira era hasta cierto punto oscura e insignificante, aunque sus miembros eran amables, activos y decididos. A pesar de que algunos fueron fieles a la fe, otros cayeron en las enseñanzas y prácticas perversas de «Jezabel», mientras que otros más, aunque mantenían su distancia de ella, toleraban su engaño. La penetrante reprensión de Cristo no deja espacio para la indecisión: solo uno de estos tres grupos era una opción para los creyentes fieles.