Abrirse paso en el libro de las Lamentaciones de Jeremías, de muchas manera ha sido como caminar entre un oscuro y espeso pantano. Una y otra vez el profeta ha declarado las tristes consecuencias de la desobediencia persistente. Los puntos de vista que él ha presentado han sido deprimentes y funestos, pero muy reales; pues el camino de los transgresores es una experiencia dura y amarga. Muchos de nosotros podemos familiarizarnos con esto. En este último estudio escucharemos los sonidos de un pueblo que hacen eco a través de los siglos con el dolor de su quebranto, los sentimientos de culpa, la captura por el enemigo y el rechazo, aun así, infinitamente amado por Dios.