Las enseñanzas de Cristo continúan llamando la atención de todos los que las estudian. Aunque han pasado siglos desde que Él habló, Sus palabras permanecen tan penetrantes y profundas como cuando cayeron por primera vez en los oídos de Su audiencia. Debido a que Él habló con una autoridad ungida y no como otros en Su tiempo, las personas se asombraban y últimamente llegaban a ser individuos cambiados. Ninguna de Sus declaraciones fue más profunda que Su Sermón del Monte. Con un análisis profundo y una sabiduría intuitiva, Él desenterró la hipocresía externa de la religión y habló de los asuntos que realmente importan. En esta sección en particular, Él habla del cristiano y la Ley Mosaica. En el centro de Su instrucción está la rectitud — teniendo una base para pararse ante un Dios santo.