La última etapa del matrimonio es ese periodo de tiempo cuando el nido queda vacío, ya sea porque los hijos se van de la casa o uno de los cónyuges hace lo mismo. Esta es una etapa crítica en el hogar porque se transpira toda clase de sentimientos extraños e impredecibles, y nos vemos en la urgente necesidad de estabilizar nuestros pensamientos y la dirección. Dios nos da esto en este pasaje de la carta a los Hebreos. Aunque este pasaje no fue originalmente escrito para el matrimonio, tiene connotaciones prácticas que se aplican perfectamente a la relación matrimonial y a la vida cristiana normal. Nos referimos a la búsqueda de la madurez espiritual.