Ningún rey en la historia de Israel, ni aun el gran rey David, fue más exaltado o exhibió más majestad real que el rey Salomón (1 Crónicas 29:25). Salomón empezó su reinado con más ventajas que cualquier otro rey. El poseyó una sabiduría divinamente inspirada, una inmensa riqueza, una autoridad indisputable y una paz próspera. Y aunque nosotros a menudo nos enfocamos en las debilidades de Salomón, podemos aprender verdades valiosas de sus fortalezas si miramos de cerca.