La hospitalidad y el servicio son inseparables. De hecho, la base de la hospitalidad cristiana se fundamenta en el servicio desinteresado que nos damos unos a otros. Al servir y al ser servidos, Cristo se encuentra presente en medio de nosotros como el Anfitrión de todos influyendo las vidas de todos. La Idea central de este mensaje es la siguiente: La hospitalidad radical es servir a otros incluso cuando no se lo merecen.