Es casi imposible imaginarnos el caos, la miseria, el dolor y la pena que va a extenderse a través del planeta tierra cuando se desaten los juicios venideros de Dios. Sin embargo, estos juicios son reales y se intensificarán según vayan progresando. Estos juicios se desatarán al momento preciso delineado en las páginas de este extraordinario libro profético llamado Apocalipsis. Nada será capaz de contener su llegada o disminuir su impacto. Mientras Juan observa la apertura por Jesucristo de los próximos dos sellos, nosotros seremos testigos del destino de los creyentes y de los incrédulos.