Mateo 27:57-66
Nuestra cultura recuerda la muerte de Cristo durante la Semana Santa pero muy a menudo, nos olvidamos de que Él ya no está muerto sino ¡VIVO! Pero hay dos voces internas que son virtualmente imposibles de acallar y no permiten que disfrutemos por completo de la nueva vida que tenemos en Cristo: son las voces de la culpabilidad y la vergüenza; nos siguen dondequiera que vamos. Juegan con nuestra mente y nuestras emociones y se esfuerzan en llevarnos al punto de la desesperación. Se podría decir que sólo un «milagro» podría soltarnos de sus garras. Y es verdad, se necesita un milagro de amor y gracia como el que Cristo comenzó en la cruz y completó en Su resurrección.