Visión Para Vivir con Carlos A. Zazueta

Varios siglos después del éxodo de los hebreos de Egipto y de su invasión de la tierra de Canaán, el rey David reinó sobre la nación unida de Israel. Durante su ilustre reinado, David escribió las palabras del Salmo 133: «Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía». En este Salmo, David comparó la bendición espiritual de un pueblo unido centrado en Sión, el lugar de adoración, con la bendición física del rocío sobre el Monte Hermón, el cual llenaba a Sión de vegetación exuberante. La unidad que los creyentes tienen en Cristo puede producir este mismo tipo de bendición, gozo y fortaleza. A pesar de sus diferencias en estilo, idioma, cultura, color y educación, los cristianos de todo el mundo pueden verdaderamente vivir juntos en armonía.