Hay padres que demandan demasiado o corrigen en forma inadecuada a sus hijos. Los padres deben ponerse de acuerdo, para corregir a sus hijos; pero en forma sabia y prudente. Los hijos que aman a Dios, deben perdonar a su padre y a su madre; si éstos actuaron indebidamente. Los padres que han pecado, si claman a Dios arrepentidos; Él les perdona y les brinda felicidad en su hogar.