Aunque la vida de Cristo estuvo caracterizada por diversas pruebas, Él nunca sucumbió ante la tentación. En cada momento de presión, Él regresaba a Su Padre y a la Palabra de Dios para encontrar fortaleza para superar las pruebas de la vida. Con Cristo acompañándonos en esta jornada de la vida cristiana, las cosas que otros pueden interpretar como una tragedia o una seducción para hacer lo malo, toman una apariencia distinta. Por medio del ejemplo y el poder de Cristo, nosotros también podemos superar estos tiempos difíciles.
