Todos necesitamos héroes para que nos inspiren y nos desafían a vivir una vida auténtica de integridad. Hace siglos, un héroe de integridad se mantuvo a flote en los pantanos de la transigencia ética. Su nombre era Daniel y su vida sirve como un ejemplo de autenticidad para que lleguemos a ser héroes en nuestra propia generación. Una vida bien vivida no solo inspira a los demás, sino que también se traduce en grandes beneficios tanto en este mundo, como el que está por venir.