Todos tenemos potencial en alguna medida. El potencial burbujea bajo la superficie de nuestras vidas como yacimientos de petróleo que aún no han sido descubiertos. Pero para llegar hasta ese potencial y sustraerlo y llevarlo a la superficie, necesitamos tener la determinación de perforar profundo. Eso requiere no sólo la suficiente fe para lanzarse a una aventura riesgosa, sino también la suficiente persistencia para seguir taladrando día tras día, noche tras noche, y algunas veces en una plataforma desolada. Una vida de excelencia surge, no tanto por el “don” del potencial, sino por las agallas para persistir a pesar de los obstáculos o las desventajas. . . Eso es la determinación.