Filipenses 4:4-9 Las adicciones abundan, y no están limitadas únicamente a aquellos que no siguen los pasos de Cristo. Muchos cristianos luchamos con los fastidiosos e implacables hábitos que se repiten constantemente y que nos desafían a buscar soluciones simples. Curiosamente, es muy difícil identificar como adicción a la más común de todas ellas: la adicción a la ansiedad o la preocupación. En lugar de esto, tratamos de justificarlas constantemente. Encogemos nuestros hombros y murmuramos que todo el mundo hace lo mismo. Pero este hábito no se trata a la ligera en la Biblia. Gracias a Dios, Él tiene un plan de escape.