La tentación es uno de los conflictos internos más antiguos que se anida en el corazón del hombre. No existe ninguna persona, incluyendo a Jesucristo, que no haya luchado con la tentación. Y no existe ningún hombre, excepto Jesucristo, que haya sufrido las consecuencias de ceder ante ella. En nuestra lección de hoy, analizaremos el memorable ejemplo de José y veremos cómo fue capaz de resistir la seductora tentación sensual y cómo reaccionó ante las lamentables consecuencias por haber hecho lo que era correcto ante los ojos de Dios.
Estamos viviendo en una cultura de amadores de sí mismos. Todo el mundo quiere ser el primero de todo y de todos. Aunque duela admitirlo, la motivación para ayudar y servir a los demás está languideciendo. El egoísmo se ha convertido en un estilo de vida. Ante esta situación cabe preguntar: ¿será posible adoptar el estilo de vida de siervo que tuvo Jesús?