Si obedecemos a Dios, ¿podemos esperar que nos bendiga? Sí, pero recordemos que lo que Él elija para bendecirnos puede ser distinto a lo que sea de nuestro completo agrado. No obstante, pese a nuestra pérdida aparente y dolor, siempre podremos beneficiarnos de la bondad de Dios.
El Dr. Stanley nos anima por medio de este libro a sacarle el máximo partido al tiempo que tenemos hoy, mañana y el resto de la vida, y así vivir con propósito y contentamiento.